Este libro de Philip Bell examina los orígenes europeos de la Segunda Guerra Mundial desde tres ángulos diferentes: primero, expone las diversas explicaciones que se han ofrecido para la guerra y analiza los debates historiográficos a los que han dado lugar; luego analiza las principales fuerzas subyacentes - ideológicas, económicas y estratégicas - que estuvieron en juego en Europa durante la década de 1930; y en su sección final traza el curso de los acontecimientos desde 1932, cuando Europa estaba visiblemente en paz, a través del estallido inicial de hostilidades en 1939, hasta junio de 1941, cuando el ataque alemán a la Unión Soviética marcó el clímax de la aceleración hacia el conflicto general.