En 'To Forget Venice', Peg Boyers plantea un desafío tanto para ella misma como para el lector. Venecia es el escenario de varios años inolvidables de su adolescencia, y sigue siendo la ciudad a la que regresa año tras año. También es un lugar adorado y criticado por los personajes de este libro de poemas. A lo largo del libro, las voces que escuchamos pertenecen no solo a personajes imaginarios de la literatura, como la madre de Tadzio (de 'Muerte en Venecia'), o la compañera de Vladimir Illych Lenin, o el profeta victoriano John Ruskin y su esposa Effie, sino también al musgo de las paredes, la arena y, sobre todo, a una persona que, a los trece años, llegó a Venecia en 1965 y nunca se recuperó de las experiencias formativas que la marcaron allí. Abarcando varias etapas de una vida que incluye desamor y traición en la adolescencia, matrimonio e hijos, amistad y pérdida, el libro aborda insistentemente el deseo del autor de llegar al fondo de su obsesión con un lugar que se ha grabado de forma indeleble en su conciencia. Intenso y bellamente elaborado, es también un libro de auténtica grandeza, donde la trascendencia y el autodesprecio chocan para crear una vida humana.