En este libro, Paul Valadier ofrece una visión optimista sobre el futuro del cristianismo, argumentando que estamos en un período intelectualmente menos hostil a la creencia religiosa. El autor considera que el culto riguroso a Dios y el servicio al prójimo pueden revitalizar la identidad del cristianismo y ofrecer una contribución importante a la humanidad. La obra consta de cuatro grandes bloques y un prólogo introductorio, explorando la relación entre razón y fe en el contexto de la sociedad moderna.