En 1843, el joven marinero Narcisse Pelletier es abandonado accidentalmente por su capitán en la costa este de Australia. Tras ser encontrado casualmente diecisiete años después, vive en medio de una tribu de cazadores y recolectores: está desnudo y tatuado, solo habla su lengua y ha olvidado su nombre. Sin embargo, un científico lo devuelve a la civilización y lo lleva a París, una empresa audaz. Esta novela de François Garde, traducida por Sylvia Spatz, explora temas de identidad, cultura y la naturaleza humana a través de la historia de Narcisse.