Este libro es el resultado de una charla interminable entre dos amigos: Eduardo Wolovelsky y Tomás García Lavín; y empezó a escribirse en 2017, en los albores del bicentenario de la primera edición de Frankenstein de Mary Shelley. Entre el comienzo del proyecto y la edición pasó mucho tiempo, y pasaron muchas cosas. Sin embargo, los autores -uno ya radicado en Europa y otro firme en el corazón de Buenos Aires- nunca abandonaron sus intenciones. Con los meses se sumó al proyecto Sergio Langer, quien aporta con sus ilustraciones una visión original de diversos pasajes del ensayo. FRANKENSTEIN: Ciencia, burocracia y poesía... vio la luz a fines del oscuro año 2020 en una edición de pequenísima tirada hecha por el sello Mochuelo libros. Y pronto será confeccionado artesanalmente por la misma editorial. En Frankenstein, la creatura, Eduardo Wolovelsky, demuestra la capacidad de las grandes ideas del arte y la ficción para propiciar el debate intelectual. Y la propuesta de Mary Shelley es un gran aliciente para que alguien como él, de vasta formación científica y a la vez férreo defensor del humanismo, se plantee dilemas éticos cruciales en una época tan decisiva como la que nos toca atravesar. En Frankenstein, de Mary Shelley: Poesía y burocracia, Tomás García Lavín se pregunta porqué esa novela, ya un clásico de la cultura occidental, podría ser considerada un mito; y, en tal caso, cuáles podrían ser las condiciones para que una obra de arte persista en la colectividad humana, que la reinterpreta constantemente hasta llegar a tomarla como propia; y que se sirve de ella para analizar los grandes temas que la aquejan. Y para volver preguntarse por los enigmas que siempre le intrigaron.