Tras el fracaso de una operación, dos asesinos a sueldo, Ray (Colin Farrell) y Ken (Brendan Gleeson), reciben la orden de su jefe Harry (Ralph Fiennes) de abandonar temporalmente Londres y trasladarse durante algún tiempo hasta que se calmen las cosas a la ciudad de Brujas, en Bélgica
"Una sorpresa de principio a fin, una comedia muy humana y oscura, con un argumento que no podrás predecir, sólo disfrutar
Funciona, a la vez, como thriller heterodoxo, metáfora existencial y comedia onírica. (...) McDonagh maneja humor, amenaza y patetismo con la misma delicadeza (...) Todo un logro.