VHS LEONES CON SIR ANTHONY HOPKINS. VIDA SALVAJE. MIKE FOX. PRIMETIME. SAFARI. ÚNICO EN TC

Accepts offers

10% off! Next Sunday last day

tc Pay Accepts tc Pay

Condition of the lot: Good (just a few signs of use)

LEONES CON SIR ANTHONY HOPKINS. VIDA SALVAJE. MIKE FOX. PRIMETIME. en buen estado.

UN LEÓN INGLÉS EN LA SELVA AFRICANA

Sir Anthony Hopkins, quien aterrorizó al mundo con su papel de Aníbal Lector, aquel devorador de carne humana, en El silencio de los corderos, fue a su vez aterrorizado por el silencio de los leones. Al cabo de dos semanas de seguirle la pista y de filmar al rey de los animales en el corazón de Africa para un especial británico de televisión, una leona súbitamente se devolvió.

Con poderoso rugido rompió el silencio de la cálida tarde y obligó a Sir Anthony a buscar la seguridad de un vehículo: Fue el momento más terrible dice. Realmente creí que iba a saltar sobre mí. Estaba lo bastante cerca como para alcanzarme en cinco segundos.

Todos los leones estuvieron absolutamente silenciosos hasta ese momento. Al parecer, cometí el error de mirar con prismáticos cuando iba a pie, pues los leones seguramente asociaron este instrumento con un rifle.

Sólo después me enteré de que me había puesto en peligro. Dije: Sí, pude darme cuenta de eso . No perdí tiempo y corrí rápido al Land Rover que estaba allí.

Hubo palabras fuertes. Irrumpí: Por qué diablos no me dijeron que algunos de esos animales podían volverse y saltar sobre mí? . A lo mejor presumieron que yo lo sabía .

Sir Anthony, de 55 años, verificó lo que él llamó el viaje de su vida para presentar En la selva: leones con Sir Anthony Hopkins, que Meridian Television le vendería a todo el mundo.

Por primera vez en su vida se encontraba sin libreto y actuando él mismo. Y durante la filmación, en el implacable clima de Tanzania, acampó alrededor de Turangire, del cráter Ngorongoro y de Serengeti.

Ha habido momentos en que me he preguntado por qué diablos me encargué de esto , me dijo fuera del estudio mientras contemplábamos un león a diez pasos, desde la seguridad de la capota de un Land Rover. Estoy acostumbrado al lujo, tengo miedo, pero ahora me ducho con el medio galón de agua de un balde, me afeito a la interperie y duermo en una carpa.

Oí pasos muy pesados afuera, hacia las 12, y muchos gritos de dolor, y ruido. Permanecía quieto para que ninguna fiera se abriera paso hasta mí con sus garras. Al amanecer, vimos cerca de mi carpa una gacela medio devorada. Mi guía dijo que el asesino había sido un leopardo.

Esto lo hace pensar a uno en las diferentes reglas que existen. En Hollywood hay una selva, con gente feroz. Miro a algunos directores y pienso: qué no harían estos en busca del éxito. Poco les faltaría para matar a sus enemigos y comérselos a pedazos. El león, por otra parte, procede así naturalmente.

Le dije sí a este programa, porque siempre he amado los leones desde la infancia cuando me llevaba a los zoológicos de Bristol y Londres mi padre. A muchas personas les fascinan en todo el mundo.

Me gusta el aspecto de un león macho porque no se disculpa por su existencia, a diferencia de nosotros los humanos, que damos excusas por todo. Es como si el león dijera: Chúpate esta!, Hago lo que quiero con quien me da la gana! .

Habitan un mundo rudo y cruel, dijo Sir Anthony, sacudiendo la cabeza. La leona que tontamente provoqué, me atravesada con sus ojos ambarinos e inexpresivos y advertí que me habría podido matar con un solo zarpazo .

Sir Anthony había dejado la seguridad de su hogar en Chelsea, Londres, y a su esposa, Jenni, para viajar cuatro mil millas a enfrentar leones en medio de intenso calor, polvo y moscas.

Irónicamente, Hopkins hizo su primera incursión en el cine 25 años atrás en León de invierno. Sir Anthony, quien encarnó a Ricardo Corazón de León en esa película, ahora giró en redondo para enfrentar leones en la vida real.

Pero actualmente es un hombre muy diferente: No fui feliz durante la filmación de León de invierno. No jugué con baraja completa. Experimentaba hondas depresiones e inseguridad.

Mi primer matrimonio (conla actriz Petronella Barker) se hundía. Ella estaba embarazada y yo bebía. Al incorporarse a nosotros Katharine Hepburn (se ganó un Oscar en esta cinta por su papel como reina Eleanor), ella no podía creer cuánto bebía yo. Un día dijo: No acepto que se beba en el escenario, y usted sabe a quiém me refiero. Si percibo licor en su aliento, me marcho para Hollywood. He visto muchos borrachos y sé cómo terminan.

Por supuesto, la lección la aprendí al cabo de los años. Dejé de beber a los 38 y he procurado no volver a las andadas. Corroy voy al gimnasio para mantenerse en forma cuando no estoy filmando y hasta dejé de fumar. Mi esposa Jenni se fuma dos cigarrillos diarios y se toma dos vasos de vino con la comida. Le pregunto por qué lo hace. Y me contesta: Porque puedo y me gusta. Usted no tiene mi voluntad. Usted bebe hasta que se cae y fuma hasta que se asfixia .

Sí, mi esposa es moderada en todo. Moderada, serena y calmada. Increíble que sea así después de 20 años de matrimonio conmigo. Ella es fenomenal. Lo pasamos bien y nos divertimos. Pero no le gusta mi vida: no está de acuerdo conmigo en viajar tanto .

A las seis de la mañana del día siguiente, Hopkins se preguntaba si no habría sido mejor quedarse en casa como su mujer. Lo llevaban por entre una espesa nube de polvo alrededor del cráter Ngorongoro, a ocho mil pies sobre el nivel del mar, en busca de una población tribal de los Massai.

Pero el hombre que presentó a Anibal el caníbal está aquí para hablar de leones: estos son los únicos hombres sobre la tierra que todavía los matan con lanza y cuchillo. Finalmente, doblamos un angosto tramo y recorremos una milla por tierra descubierta hasta que una aldea, conformada por ranchos de barro, se vislumbra entre la neblina, mientras que guerreros Massai, delgados como lápices, esperan en silencio.

Me impresiona la completa aridez de todo esto confiesa Hopkins. Es la nada absoluta. Solo polvo y aspereza. Mire, por ejemplo, esa pequeña empalizada con ganado flaco y aterido. Lo maravilloso es encontrar algo así, tan primitivo .

Sir Anthony se pasea prudentemente por la aldea, acompañado del jefe, con quien habla de leones. Sí: los Massai todavía los matan, si atacan al ganado. Para un guerrero, es prueba de máximo valor. Los muchachos son aprendices de guerreros en el momento de su pública circuncisión en la aldea. Exactamente a los diez años, son guerreros mayores. Pasados otros diez años, promediando los 30 de edad, son veteranos y su mejor época , concluye.

El equivalente al estrellato en Hollywood dice secamente Sir Anthony. Me vienen a la mente uno o dos que harían negocio haciéndose circuncidar en público.

Cuando matan un león, la aldea celebra. Un guerrero ostenta plumas de avestruz: para acatar a los conservacionistas, pues antes de 1966, en lugar de esto habría mostrado la melena del león con la cola amarrada triunfalmente a un palo. Y una danza especial para dar gracias a Dios (Ngai) empieza a ejecutarse .

Habiendo completado lo necesario para su película, Hopkins se apresura a partir. No quiero hacerme cansón manifiesta. Estamos aquí en casa ajena y en esto uno debe ser muy delicado. Siempre siento lo mismo, en medio de la nada o en una carretera pública de la Gran Bretaña. Hay personas que por estar vinculadas con la industria cinematográfica, se imaginan que todo mundo debe darles la primacía.

La firme manera de pensar de Sir Anthony le ha ganado enorme popularidad. Las películas próximas, Los restos del día y Las tierras de las sombras, se pronostica muy en serio que le van a merecer otra nominación al Oscar.

También va a encarnar a Kellog, el inventor de los copitos de maís, en una película cómica de Alan Parker, que tiene como escenario a Estados Unidos de 1906. El año entrante, será Beethoven, para la compañía Icon Productions, de su amigo Mel Gibson.

Hay trabajo, gracias a Díos dice mientras permanecemos de pie en los surrealistas contornos de la aldea Massai. Pero a medida que los años pasan, me siento menos comprometido con esto de la actuación. Miro todo esto y pienso: Esto es extraordinario, pero qué hacemos aquí? . Apuesto que los aldeanos se van a reír bastante de nosotros cuando nos vayamos... y no se diga los leones! (The New York Times Syndication Sales)

avatar Lacapsuladeltiempo
From 24/01/2016
Spain (Madrid)
Seller registered as a private person.

See more lots about Anthony Hopkins

See more lots about Mike Fox