Doblada caprichosamente por la naturaleza en una forma casi imposible, puesto que su creación solo se puede concebir al plegarse estando blanda, esta ágata tornasolada cuya forma recuerda la de una almeja o un corazón compungido, pasa por ser una pieza única y excepcional para una buena colección de minerales dado que algunas de ellas están consideradas como piedras preciosas. Mide 9 x 7 cm. en cruz, de grueso o profundidad unos 3 cm.