- En muchos casos los peregrinos se quejan de no disponer de tiempo, o ánimo, para visitar ciertos lugares, inmediatos a su ruta o próximos, de interés natural o cultural. De tal circunstancia, provocada por el agotamiento físico, suele nacer un propósito para apaciguar la frustración: «tengo que regresar, con más calma, para conocer a fondo estas poblaciones por las que ahora transito fugazmente». En cierto modo, de acuerdo con la idea de Balzac de que el cuerpo y el espíritu poseen diferentes memorias, al primero habrá que darle reposo, y tiempo, para que el segundo pueda nutrirse de eso que ha venido en llamarse turismo cultural, y que los aristócratas y burgueses del pasado incorporaban en un programado tour con vocación pedagógica.