- Hasta que comenzó el juicio en Jerusalén en 1961, Adolf Eichmann era un desconocido para la opinión pública. Y aquellos que estaban familiarizados con su nombre preferían olvidarlo. Era comprensible: la supervivencia de un testigo y actor clave en el extermino de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial iba en contra de la estrategia de la superación del pasado a través de su negación y ocultamiento. Pero cuando la figura de Eichmann sale a la luz, la historia del nazismo cambia. El proceso judicial abre nuevas vías de investigación. Se descubre su rol en la solución final, el modo en que escapó a Argentina a comienzos de los cincuenta y la red de complicidades que le permitieron vivir con relativa tranquilidad allí durante casi una década.