- De Aki Kaurismäki (1957), cineasta finlandés de prolija filmografía, puede decirse, sin exagerar, que es una rara avis en los dominios cinematográficos. Meciéndose dulcemente entre el estilizado realismo y el crudo surrealismo, sus pe¡lículas son ejemplos de precisión, de economía narrativa y de un envidiable don para contar historias con las imágenes, los gestos y las palabras justas. Sus personajes, tiernos y al mismo tiempo pudorosamente inexpresivos, oscilan entre las figuras del melodrama y algún álter ego de Buster Keaton o de los Hermanos Marx.