- Si el paradigma de las relaciones sanas gira en torno a la idea de la armonía, es razonable pensar que las peleas y los desacuerdos son la antítesis. Pero ¿es posible construir puentes sólidos en una relación donde permea la discordia? En realidad, en los innumerables momentos en los que interactuamos, solo estamos en sincronía la menor parte del tiempo, y está bien que sea así, pues lo que nos permite crear vínculos más estrechos con la familia, la pareja, los amigos y los colegas es precisamente la reparación del conflicto, porque conlleva el conocimiento implícito de que podemos superar los problemas.