- En El Problema Final, Arthur Conan Doyle intentó perpetrar un crimen execrable: deshacerse impunemente de Sherlock Holmes, un personaje incómodo que eclipsaba su verdadera pasión literaria: la novela histórica de aventuras. La Compañía Blanca, en efecto, era su libro favorito, y antes de empezar a escribirlo leyó cerca de sesenta obras que versaban sobre aquel período histórico de las cruzadas: heráldica, cetrería, armería, etc., un torrente de conocimientos que le habrían permitido ser camarada del propio Sir Nigel Loring.