Románico. Tomos I y II. Volúmenes 11 y 12. El Gran Arte en la Arquitectura.


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Románico. Tomos I y II. Volúmenes 11 y 12. El Gran Arte en la Arquitectura. Coordinación de la obra Julia Millán. Tapa dura. 1ª Ed. 1987.Los normandos, con sus repetidas y sanguinarias incursiones, acabaron con el gransueño unitario de Carlomagno, cuyo imperioquedó fragmentado en un incontable númerode reinos, divididos a su vez en numerosos señorios, Francia, Alemania, Italia, Lotaringia o Borgona se vieron abocadas a esa suerte, de la que sólo España e Inglaterra lograron escapar, Para hacer frente a las fuerzas disgregadoras, aparecieron otras encaminadas a lograr lareconstrucción de unos estados que no eran más que sombras de sí mismos. Esa fue la obra que realizaron en Francia los Capetos a partir de finales del siglo X. En España, Castilla, Navarra y Aragón se lanzaban a la conquista del resto de la península que se encontraba todavía en poder de los musulmanes. En la Italia meridional, los normandos desalojaban a griegos y árabes,mientras que en Inglaterra, Guillermo elConquistador se apoderaba del reino en 1066 y establecía un nuevo imperio que contaba con tierras a ambos lados del canal de la Mancha. En el Imperio Romano Germánico la situación era menos Incierta al haber salvaguardado los emperadoresotónidas y sálicos su poder, que se extendíaademás a Lorena e Italia. Al mismo tiempo que se establecían las fronteras de los nuevos estados, que iban a ser las del mundo moderno, seconsumaba la ruptura con el mundo antiguo. Esta solución de continuidad afectaba a todos los dominios de la sociedad: el urbano, el viario, el económico, el jurídico, el artístico y el religioso. Se vislumbraban ya los primeros atisbos de una economía basada en el intercambio, favorecida además por una importante red viaria, que ya no era la de la Antigüedad centrada en Roma, asícomo por la utilización intensa de las rutasmarítimas y fluviales. Es entonces cuandoaparece la ciudad medieval. No se trata ya dela ciudad antigua, hecha para la política y para el placer, sino de una ciudad de negociantes en la que se instalan mercados y ferias que gozan del favor de los señores laicos y de los religiosos. Las relaciones humanas ya no se fundan en el derecho, sino en los lazos de dependencia de hombre a hombre, concepción que es auténticamente original del Occidente europeo y que dio lugar a la sociedad feudal. La religión no podía quedar fuera de tan fantástica gestación y, provista de nuevas fuerzas, se lanzó a la reconquista de tierras paganas: Sicilia, Córcega yCerdeña en Italia; Hungría y las tierras eslavasmás occidentales en la Europa central; mientras, en España la lucha era realmente dura y no terminó hasta el siglo XV. Este afán religioso de reconquista atravesó el Mediterráneo y dio como resultado la creación del reino latino de Jerusalén en 1096, durante la primera cruzada.Simultáneamente, la Iglesia abría en su senoun proceso de reforma impulsado porGregorio VIl, y las órdenes religiosas, con los benedictinos de Cluny a la cabeza, desempeñaban un papel esencial en todos los ámbitos. Frente a la arquitectura de la Antiguedad tardía y de la Alta Edad Media, la época románica promovió algunas innovaciones que, pese a las innegables diversidades locales, son un claro reflejo de la cohesión de la época. Tal universalismo estaba justificado, como sucede siempre en la arquitectura religiosa, por necesidades o imperativos litúrgicos, que dan lugar a unaevolución de las formas: en la etapa románica, un espacio arquitectónico se concebía en función del ceremonial a que estaba destinado. Ciertas características nuevas explican las concepcionesglobales adoptadas en los edificios en cuantoa la planta y en cuanto al alzado. La planta heredada de la Antigüedad tardía fue adquiriendo una notable complejidad, lo cual tuvo mucho que ver con el creciente culto a las reliquias y con lanecesidad de aumentar el número de altares para que el clero pudiera celebrar la misa. Se asistió, por lo tanto, a una evolución del programa arquitectónico. Mientras que la época carolingia, que en esto fue heredera del mundo merovingio, aceptó la multiplicación de los lugares de culto, elmedievo románico prefirió reducirlos a uno sólo, al que se dieron dimensiones considerables. La abadía de Fleury, que en la actualidad conocemos como de Saint-Benoit-sur-Loire, es reveladora aeste respecto, pues ofrece el ejemplo de varios monumentos agrupados a finales del siglo XI en un solo editicio: rotonda, criptas e iglesia. En realidad, este fenómeno nada tiene de único y podemos observarlo en muchos otros monumentos que han llegado hasta nosotros; explica sin duda alguna laamplitud que adquirieron los santuarios, antaño reducidos -cuando eran de planta basilical- a un ábside que se abría a un transepto. Cuando se planteó la reconstrucción de la basílica de Saint-Denis, consagrada el año 755, Fulrad adoptó unadisposición en planta que permitía a los fielesdar vueltas alrededor de la cripta de las reliquias, recurriendo a la utilización de un corredor anular. La época carolingia adoptó esta solución, que, no obstante, resultó ser un compás de espera dentro de la evolución de la planta arquitectónica, comoqueda demostrado en Soissons y en Saint-Philbert-de-Grand-Lieu. Más tarde, y sin mayor éxito, se intentó añadir una rotonda oriental, que de hecho no se adaptaba demasiado bien a la planta basilical; ejemplos de ello son Saint-Germain d'Auxerre y Saint-Pierre de Flavigny. Todas estas aportaciones, por interesantes que pudieran resultar, no tenían posibilidad decontinuación a causa de la dispersión de loslugares de culto. En este aspecto, la época románica fue una ruptura fundamental con el pasado, aunque aprovechó gran número de hallazgos anteriores que condujeron finalmente a la planta con girola de canillas radiales cuva fecha y lugar de aparición han sido largamentediscutidos. Durante mucho tiempo se creyóque Saint-Martin de Tours, abusivamente fechada como de finales del siglo X, había presentado por vez primera esta disposición que iba a hacerescuela en todo el Occidente cristiano. Hoy sabemos que no puede ser anterior a losúltimos decenios del siglo XI. No menos considerable fue el éxito de otra solución, probablemente más antigua: la planta escalonada. Según se desprende de las excavaciones llevadas a cabo en Cluny, esta planta posiblemente apareció en la iglesia construida por San Maïeul en el año 981…
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