Editorial Pueyo. Madrid, abril de 1925
Los treces cuadros religiosos que se agrupan en este volumen forman un todo armónic, aunque no parezca de primera intención. Fuera de la santidad ¿que tiene la Emperatriz Pulqueria de común con nuestra doctora abulense o con Verónica Julianis, la monja capuchina de principios del siglo XVIII? ¿Como coordinar la índole de tiempo tan distintos cual los primeros siglos cristianos de Alejandría, el siglo XVI español, la Edad Media castellana que va de Alfonso III a San Fernando, la Roma que lucha contra los pueblos del Norte y la Bizancio imperial de Constantino y Santa Elena? Y, sin embargo, por las trece páginas de hagiofrafía corre soplo unificador, existe algo que reduce a unidad lo que está disperso en la apariencia, hay una clave de cuadro sinóptico que pone una sola médula y un solo aliento a los heroísmos, virtudes y aspecto social que cada una de estas santas hacen revivir.