Las Cruzadas. Volumen IX. Historia de la Iglesia. De los orígenes a nuestros días. Dirigida por Agustín Fliche y Víctor Martin. Ed. EDICEP. 1ª Ed. 1977. * En este volumen, que con mayor exactitud debiera titularse "La Iglesia del tiempo de las Cruzadas", más que una descripción lineal y elemental de las cruzadas, desde la primera hasta la última, se pretende proporcionar al lector un estudio vivo de toda una época: la que va desde el papa Honorio II, en el año 1124, hasta el pontificado de Inocencio III, en 1198. Hubieron cruzadas antes, la primera, y las habrán después, a partir de la cuarta, pero el estudio del tiempo que abarca el presente volumen nos descubre las claves profundas de la historia medieval. * San Bernardo es una de las figuras centrales de la época. Renovador de la vida religiosa, consejero de reyes y pontifices, predicador de la segunda cruzada, marcó a la sociedad contemporánea con la profunda huella de su per-sonalidad. Su influjo perdurará mucho después de su muerte. * Prosigue la lucha entre el Sacerdocio y el Imperio que, por otra parte, no terminará sino mucho después. Protagonistas de la misma son, por un lado, los romanos pontífices, y por el otro, en modo principal, Federico Barbarroja y Enrique II Plantagenet. Sí el primero, por su oposición a Roma, será la causa del nacimiento de un cisma, con la existencia de varios antipapas, el segundo hará un mártir en la persona del arzobispo de Canterbury, Tomás Becket. * Los reinos españoles, en plena formación, se hallan embarcados en la empresa de la recon-quista, cuando, por el oeste de la Península, nace una nueva nación, Portugal, obra de la acción decidida de Alfonso Henriques. * Pero las más fuertes discrepancias no impiden a estos hombres de Occidente participar en empresas comunes. Y de esta forma, si Luis VII de Francia y Conrado Il de Alemania toman parte en la segunda cruzada, Federico I Barbarroja, Felipe Augusto de Francia y Ricardo Corazón de León lo harán en la ter-cera. Nacen también las Ordenes militares y Santiago de Compostela adquiere fama general como meta de peregrinaciones. * Es esta una época con tal desbordada riqueza para que su estudio pueda agotarse con el de las cruzadas. Porque, además, asistimos al nacimiento del gótico, al de las Universida-des, donde los estudios se renuevan y parcelas del saber hasta ahora descuidadas se convierten en objeto de atención. Si Bolonia alcanza justa fama por la ciencia jurídica, Montpe-llier la obtendrá por la médica. Sin olvidar esos nuevos grupos de disidentes, cátaros y valdenses, que darán lugar a la aparición de las primeras medidas represivas, haciéndonos asistir a lo que, andando el tiempo, llegará a ser la Inquisición. * En síntesis, un tiempo realmente lleno de interés en el que si se acrecienta el centralismo romano, una eclosión impresionante, social y eclesial, se manifiesta por doquier.