Tartessos. La ciudad sin historia. Juan Maluquer de Motes. Ed. Destino. 1ª Ed. 1984.Tartessos para el hombre medio griego constituyó el Eldorado que encarnaba el País de la Fortuna y la Felicidad. Sin embargo, Tartessos no era una simple localización occidental de un mito griego, sino una creencia más general que existió entre los fenicios, los hebreos y, seguramente también, entre los etruscos y celtas de Italia. El maravilloso país de Occidente desde el cual llegaba el estaño para hacer el bronce en las ciudades aqueas,contenía todos los elementos esenciales del posterior reino tartésico. Por consiguiente, no fue el posterior viaje de Kolaios ni los viajes de los facenses la causa de la localización en Tartessos del mito de la Felicidad, sino la confirmación de una creencia que se hallaba en el ambiente griegodesde medio milenio antes. Lo que sucede es que en el siglo vI la quimera de la riqueza occidental se concreta en un nombre, Tartessos, por su con-tacto con los mercaderes fenicios, que lo denominaron país de Tarschich y, quizá también, por el contacto de los jonios con los etruscos.Tartessos no era un mito. Los mercaderes focenses lo comprobaron. Era una realidad específica, un país físico en el que existía un Estado regido por una monarquía humana como tantas otras conocidas de los griegos. Era un país fértil en toda clase de frutos, riquísimo en oro, plata, estaño y hierro, y abundante en ganados que entre los griegos simbolizaban aúnla riqueza. En definitiva, era el país ideal...