Faustino Domínguez Domínguez no era un arquitecto propiamente ecléctico, sino un maestro de transición, cuya arquitectura se va desprendiendo de la carga formal neoclásica. En su obra oficial y religiosa domina la austeridad y el rigor geométrico, mientras en la obra residencial se adapta al nuevo lenguaje isabelino de la primera etapa del eclecticismo. Como arquitecto Provincial levantó numerosos templos parroquiales (Ordes, Ribeira, Oza...) cárceles de partido y edificios públicos. Dejó en A Coruña sus tres proyectos más destacados, la fachada académica de la iglesia de San Nicolás, la estructura clasicista de la fachada a la calle Riego de Agua del Teatro Rosalía de Castro y el primer proyecto para la plaza de María Pita, luego reformado y construido por Juan de Ciórraga.