Durante una docena de años, Stirling Moss fue, junto a Fangio y después de él, el mejor piloto de su tiempo (de 1950 a 1962). La referencia en términos de pilotaje, destreza, determinación, velocidad pura y también versatilidad, con 529 carreras disputadas y 212 victorias en su haber, no solo en Fórmula 1, sino también en Sport, Gran Turismo, Turismo, y al volante de cerca de 100 modelos diferentes. Desde los Cooper de Fórmula 3 de sus inicios, pasó por HWM, Maserati, Mercedes, Vanwall, BRM, Cooper y Lotus con la misma soltura. Sin embargo, el título de Campeón del Mundo, que mereció mucho más que otros, se le escapó en varias ocasiones, especialmente en 1958, al final de una temporada extraordinaria. Aunque ganó 16 Grandes Premios de los 66 que disputó, no hay que olvidar las pruebas fuera del Campeonato, muy habituales en aquella época, en las que se enfrentaba a los mejores equipos oficiales. Tampoco sus victorias en rally (Copa de los Alpes) y resistencia con Jaguar, Mercedes, Maserati, Aston Martin, Ferrari (Mille Miglia, Tourist Trophy, 1000 Kilómetros de Nürburgring), pruebas en las que participaban los grandes nombres de la F1. Tras haber sido uno de los primeros profesionales de la era moderna de las carreras, Moss (nombrado Sir Stirling en el año 2000 por los servicios prestados a su país) sigue siendo hoy una figura imprescindible en las competiciones históricas y una celebridad mundial. Este libro, que contiene numerosos testimonios inéditos y entrevistas exclusivas con el propio Moss, así como una iconografía original, es el compendio de una carrera prodigiosa, el retrato de un hombre excepcional y también el relato de una época legendaria.