La autobiografía de León Trotsky fue escrita en la isla de Prinkipo, situada en la costa turca, mientras su autor sufría la expulsión ordenada por Stalin del Estado que Trotsky construyera, junto a Lenín, trece años antes.
Evoca una vida prodigiosa; pero no es la rememoración de hazañas escritas por la mano temblorosa de un anciano que desde su penumbra vital vuelve a vivir con la palabra la lejana juventud, esas memorias que se escriben junto a la muerte. Por el contrario, a pesar de la serenidad y de la prosa sobria, de la ecuanimidad y armonía que la han convertido en una de las lecturas más cautivantes de nuestra época, la autobiografía de Trotsky es un alto en la batalla que libraba. Aún le esperan diez años terribles, esa década que presenciará la muerte de sus hijos, la masacre de la generación bolchevique fundadora y su propio fin. Ei libro comienza a fines del siglo pasado y se detiene en 1930. El autor escribe su última página a los cincuenta años de edad. Ha participado en dos revoluciones: la segunda de ellas lo llevó al poder y su reflujo lo arrojó fuera del país. Ahora le espera el doloroso exilio, los Procesos de Moscú, la negativa de 50 países a concederle el derecho de asilo, la búsqueda en alta mar de un visado y finalmente la generosa acogida que le brinda América Latina, en la persona del General Cárdenas, jefe de la revolución mexicana, que le abre las puertas de su país. Allí luchará Trotsky durante los últimos tres años de su vida, allí conocerá los problemas de un mundo antes desconocido para él, allí hablará con decenas de latinoamericanos, aprenderá la lengua castellana y brindará, con sus breves y penetrantes textos sobre la revolución latinoamericana el mayor servicio a los hijos de la tierra que le serviría de refugio y de tumba. "Mi Vida", así como la 'Historia de la Revolución Rusa', constituyen sus obras mayores. No se puede entender el drama y la grandeza de nuestra época sin estudiarlas. Pero tampoco los latinoamericanos pueden penetrar la clave de su destino socialista sin la lectura meditada de los escritos que Trotsky elaboró en México sobre el bonapartismo de Vargas, la revolución agraria boliviana, el papel de-los sindicatos en la época del imperialismo y sus artículos sosteniendo al General Cárdenas contra el imperialismo británico cuando México nacionalizó su petróleo. Ese fue su postrer mensaje.