En 1999 Rafael Sánchez Ferlosio quebrantó su propósito de "no decir ya ni mu sobre el asunto de lenguaje" y reincidió en cuestiones gramaticales: son los cuatro textos que ahora reúne Glosas castellanas. Que el autor los considere "diversiones" es una firme garantía. Solo con su lectura se llegará a entrever la naturaleza de aquella vieja felicidad gramatical, se advertirá la inagotable riqueza del tesoro castellano y se recorrerán los caminos del laberinto de la mano de quien, como Ferlosio, posee el más afilado sentido de la lengua que pueda imaginarse.