Cremer, Victoriano: Libro de Caín

Cremer, Victoriano: Libro de Caín, Diputación de León, 1992, Rústica, 162 pág, 21x12. Colección Calle Breviarios del Pez

Aunque se suele decir de quien aparece coronando el texto de un libro que huelga su presentación, por ser de sobra conocido, la verdad es que entre nosotros, españoles de la pereza, siempre resulta imprescindible trazar, siquiera sea a la ligera, un perfil del personaje, aunque solo sea para suscitar la curiosidad del lector. “¿Que se le ha podido ocurrir a este Fulano de Tal?”, se suele preguntar el común de vecinos, incluso ante un libro de Don Francisco de Quevedo. Por lo que a mi respecta, VICTORIANO CREMER, nacido hace ya más cerca de los cien años que de la gloriosa edad de la infancia, se me ha ocurrido conceder licencia para la reedición de un libro publicado en el ya lejanísimo 1958, al otro lado del mar y sometido al silencio por nunca se sabe qué maliciosas deducciones, dado que el “Libro de Caín”no tiene otra intención, ni le preocupó nunca otro afán que el de registrar en la Agenda personal del autor los motivos principales de su observación y de su meditación. Aunque la acción se desarrolla naturalmente en León, que es donde vive y sufre y muere, lo mismo puede ser establecida en Segovia, en Burgos, o en Avila. Viene a ser, pues, dicho sea con los consiguientes reparos, “Mi Libro de las Estampas”. Y si durante el curso de la lectura os asalta la intervención de Padre Dios, de Adán o de Eva, de Caín o de Abel, no equivoquéis la ruta. Equivalen más bien a símbolos. Porque el Caín o el Abel lo llevamos dentro.