Y si la vida no fuera sino un gran novela, y todos nosostros, la humanidad entera, simples personajes de una trama compilcadísima y absurda, ideada por un escritor mediocre? En realidad, ¿por qué sabemos que existieron Napoleón Bonaparte o Julio César? Porque alguien escribió sus vidas en un libro. Quizá todos existimos solo porque alguien ha escrito un libro contando nuestra vida, pero tan solo unos pocos llegamos a descubrirlo y tenemos la ocasión de leer ese relato, esa existencia inventada, literaria, como hice yo esa tarde en Tarragona.