Guilarte, Alfonso M.: El obispo Acuña. Historia de un comunero, Valladolid, Editorial Miñon, 1979, Rústica con solapas, 252 pág, 2 hojas, 25x18
La presente historia es un retrato riguroso y elaborado de uno de los actores principales del drama comunera. El autor aprovecha las fuentes que podían dispensar material seguro para descubrir el talante de Acuña y, a través de las voces apagadas de los coetáneos, consigue anudar no pocos cabos sueltos que explican el azaroso vivir del obispo de Zamora. Por la calidad del escrito y por el interés que suscita la personalidad de Acuña, el libro se lee con verdadero placer. En la introducción se analizan y valoran los principales testimonios utilizados por el autor.
La primera parte comprende los rasgos más señalados de los progenitores de Acuña: sobre todo el padre, don Luis, obispo de Burgos, liberal y limosnero, duro e intransigente; la madre, Aldonza Guzmán, ignorada, apenas entrevista. El futuro obispo de Zamora es un «segundón», un brote irregular en el círculo de los poderosos parientes. El libro describe después las andanzas de Acuña en Roma con la mirada puesta en la mitra; la mitra de Zamora que ganará a pulso peleando en el campo y en los castillos (su primera guerra). Son sesenta años, desde el nacimiento hasta el obispado de Zamora, el periodo largo, influyente y desconocido en la vida de Acuña.
Los dedicados a la capitanía comunera (el capítulo de Tierra de Campos y el capítulo de Toledo, por ejemplo) son certera síntesis de la bibliografía disponible sobre el tema. En otro sentido, la continuación de una historia que — después del escrito de Guilarte- se entiende mucho mejor.
Se cuenta con detalle —en fin — la cautividad y la muerte de Acuña, episodios novelescos pero documentalmente comprobados.
El libro, que inicia un prólogo de Carande, concluye con la leyenda que fluye a raíz de la muerte del obispo y rebrota en el siglo XIX.
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