Colección La Nube, nº 5 Extra, Gijón 1975
Ejemplar numerado, nº 190
La razón de esta pequeña revisión de la obra de Orlando Pelayo es obvia. El contemplador siempre está en deuda con el pintor que le proporciona ocasiones de perfeccionar su propio espíritu, y la mejor forma de corresponder a esta deuda quizá consista, sobre todo, en prestar atención con seriedad a lo que se ha contemplado.