En los 23 capítulos y más de 300 páginas de este espléndido libro se relata mucho más que el único encuentro que tuvo lugar entre Wittgenstein y Popper. Ambos se vieron en el entorno académico de Cambridge Moral Science Club en 1946 a donde Popper había sido invitado para dar una charla sobre los métodos y el objeto de estudio de la filosofía. La anécdota que da origen a este libro es desvelar si, realmente, como dicen algunos de los testigos e implicados en el suceso, Wittgenstein amenazó a Popper con un atizador en plena acalorada discusión. Pero, en el camino hasta aclarar lo que allí pasó, los autores relatan quiénes eran Wittgenstein y Popper, cómo se educaron, cuáles fueron sus historias intelectuales y personales, cuáles eran sus visiones de la filosofía. Esa es la parte interesante de esta obra y lo que constituye su núcleo. Como colofón, la discusión entre esos dos titanes, rápidos en el razonamiento, agresivos y apasionados en la defensa de sus posiciones, sólo podía tener un final impactante. El atizador de Wittgenstein puede organizarse en cinco partes muy bien conectadas lo que se percibe al leer como un relato casi novelado. En los seis primeros capítulos se nos presenta el encuentro en Cambridge a través de las narraciones de aquellos que estaban presentes. En la Sociedad de Ciencia Moral de Cambridge, el 25 de octubre de 1946 debatían profesores y estudiantes de filosofía en el King’s College como era costumbre cada semana. Esa semana el invitado, Karl Popper, desde hacía poco tiempo catedrático de Lógica y Metodología de la Ciencia en la London School of Economics, venía a exponer su punto de vista sobre la tarea de la filosofía que, como él sabía, se oponía radicalmente a la del presidente del club, Ludwig Wittgenstein. Mientras Wittgenstein era un filósofo cuya brillantez era reconocida por sus contemporáneos, Popper acababa de llegar a Gran Bretaña desde Nueva Zelanda y comenzaba a ser conocido por La sociedad abierta y sus enemigos.