Kirk, G.S.; Raven, J.E.: Los filósofos presocráticos - Clásicos -

Kirk, G.S.; Raven, J.E.: Los filósofos presocráticos, Madrid, Gredos, 1974, Rústica, 686 pág, 19x13, firma anterior propietario

Como obra de valor inestimable para e1 conocimiento de la primitiva filosofa griega ha proclamado la crítica a Los filósofos presocráticos de G. S. Kirk Y J. E. Raven. Nada más justo. En este libro se reúnen méritos difíciles de encontrar, y sobre todo cuando se trata de zona tan oscura y complicada como la de los presocráticos. Vayamos esbozándolos uno a uno.

Primeramente, los textos. Sabido es que mucho de cuanto escribieron o dijeron los primeros pensadores griegos se ha perdido o, en el mejor de los casos, aparece diseminado entre citas de diversos filósofos o recopiladores (a veces, pasados muchos siglos) y confusamente barajado con leyendas y deformaciones. Sean citas directas (y fragmentarias por lo común) desde Platón hasta Simplicio, sean referencias conservadas por los doxógrafos (cuyo principal representante es Teo-frasto), no siempre pueden considerarse auténticas y fidedignas. Pues bien, Kirk y Raven han tenido que proceder —aun contando con los Fragmentos de Diels— a elegir, clasificar y depurar todo ese inmenso material; es decir, a valorar las oportunas fuentes textuales. Las mismas luchas entre las escuelas posteriores, las actitudes personales de cada filósofo al referirse a sus antecesores, han pesado también, y no siempre saludablemente, sobre el juicio de la posteridad. En el presente libro se ofrecen al lector los más importantes fragmentos y textos de los presocráticos, claro es que en lengua griega, pero con su correcta y pocas veces fácil traducción a pie de página. Los textos aparecen agrupados por autores, y éstos, a su vez, estructurados según el esquema que podríamos llamar, para entendernos, de «vida, obra y pensamiento».

Hasta aquí, la labor filológica o textual. Pero quedaba la crítica filosófica propiamente dicha. No basta saber lo que dijeron o lo que dicen que dijeron los presocráticos. Es preciso desentrañar el sentido de sus palabras, abrirse camino entre arcanos símbolos y expresiones poéticas, limpiar las impurezas agregadas en el largo arrastre. Hace falta, además, contar —para bien o para mal— con la innúmera tradición acumulada durante muchos siglos. De ahí nuestra admiración: ¿cómo ponderar el trabajo de interpretación realizado por Kirk y Raven? Los pasajes dudosos, los conceptos equívocos o mal entendidos hasta ahora, las conexiones entre unos y otros autores, todo está discutido, aclarado y matizado en estas páginas. Recorriéndolas pasamos de los tanteos semimíticos de la cosmogonía genealógica a los tres estadios realmente filosóficos (los jo-nios, las escuelas itálicas, los sistemas post-parmenídeos). Es toda la filosofía de la naturaleza la que se abre ante nosotros.

De esta organizada masa de erudición y crítica sale beneficiado el lector, que ahora tiene a mano, agrupados en un libro memorable, cuantos materiales puedan estimular su reflexión.

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