Frente a la siniestra versión de Antígona que ETA ha comenzado a poner en escena para culpar al Estado-Creonte, los vecinos de Ermua se echan a la calle para representar otra obra no prevista en el programa de los terroristas [. . . ]. No es una tragedia griega, pero podría serlo bíblica: una rebelión contra la fatalidad melancólica, contra el Destino (ETA) y su oráculo (Herri Batasuna)". Así describe Jon Juaristi la respuesta de Ermua al asesinato de Miguel Ángel Blanco en 1997. "En Ermua ha nacido de nuevo el pueblo vasco; un pueblo que no quiere arrodillarse más ante los altares", ante los "dioses oscuros, potencias infernales de la melancolía". "¿Hasta cuándo seguirán las generaciones simulando la coquetería de las víctimas? ¿Cuándo dejarán de figurar como el brazo armado de las víctimas?" Frente a la argumentación victimista del nacionalismo vasco, Jon Juaristi plantea la necesidad de un análisis riguroso de su historia para desvelar el bucle melancólico en el que la ideología nacionalista, convertida en religión de la raza, envuelve a las conciencias, perpetuando a un enemigo prefabricado a través del relato de una estrategia asesina ancestral para acabar con Euskadi. Estas Historias de nacionalistas vascos constituyen una auténtica contrahistoria del movimiento abertzale desde sus orígenes hasta el "espíritu de Ermua". El bucle melancólico ha obtenido los premios Espasa de Ensayo 1997, el Nacional de Ensayo 1998 y el premio Fastenrath, de la Real Academia Española, en el 2000.