Condition of the lot: Normal (with signs of use)
Nasar, Sylvia: Una mente prodigiosa, Barcelona, Círculo de Lectores, 2002, Tapas duras con sobrecubiertas, 569 pág, láminas, 22x15
A los veintiún años, John Forbes Nash, nn joven y brillante matemático de la Universidad de Princeton publicó una breve tesis doctoral sobre la teoría de juegos. Corría el año 1950, y nadie podía imaginar que aquellas 27 páginas -hoy conocidas como el teorema del equilibrio de Nash- le llevarían 44 años después a recoger el premio Nobel de Economía. Atrás quedaban su Bluefield natal y los estudios en Princeton, cerca de genios de la talla de Einstein y Von Neumann. Como atrás quedaba también aquel joven «grosero, guapo y desinhibido», de ambiguas relaciones personales, que abandonó a Eleanor, la madre de su hijo John David. Formaban parte del pasado la colaboración durante la guerra fría en los centros estratégicos de la fuerza aérea estadounidense, y los períodos de docencia en el hoy mítico Instituto Tecnológico de Massachusetts (Mil), donde conoció a la joven estudiante salvadoreña que se convertiría en su esposa, Alicia Larde.
Pero aquella mente prodigiosa albergaba también un largo viaje por el dolor y el desvarío. Voces interiores, mensajes de extraterrestres, la llamada de la locura, fueron adueñándose de la vida de Nash.
Y así, los delirios esquizofrénicos, los largos períodos ele internamiento, la soledad y el sufrimiento hicieron nido en aquella mente extraviada durante treinta años. Sin embargo, tal vez la medicina, o los extraños recovecos de la mente humana y de la voluntad, o quizás el amor, fueron disolviendo lentamente la triste noche del alma de una figura clave en la historia de las matemáticas.
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