Producciones Editoriales, Barcelona 1979
El autor disiente de la óptica oficial y, decididamente, adopta una postura radicalmente diferente. Concluye que los textos bíblicos no han sido correctamente traducidos; los exegetas han manipulado el verdadero significado de las palabras hebreas. Cualqier pesona puede comprobarlo: el vocablo ELOHIM, que los judeo-cristianos traducen por "dios" tiene realmente un sentido plural, es decir, "dioses". Una simple gramática, por elemental que sea, lo demuestra.