Memorias exteriores 1947-1964. José María de Areilza. Un español revive sus experiencias en la Argentina de Perón y Evita, en el Washington de Eisenhower y en el París del general De Gaulle. Editorial planeta. Primera edición. 1984.Desde 1947 hasta 1949, José Maria de Areilza,embajador de España en la República Argentina, llevó a cabo una intensa tarea encaminada sobre todo a conseguir excepcionales líneas de crédito para financiar las masivas compras de cereales y de carnes que nuestra exhausta economía necesitaba angustiosamente. Eran los difíciles años de la posguerra, y el hambre y las carenciasalimentarias eran tristes y apremiantes realidadesnacionales. Gobernaba la república del Plata el presidente Juan Domingo Perón, cuya esposa, Eva Duarte, le acompañaba en el empeño con su magnética y arrolladora personalidad. Por otra parte, el lazareto diplomático al que el régimen español se hallaba sometido en el contexto internacional convertía a la embajada deBuenos Aires en importante observatorio y forode contactos bilaterales. En 1954 es designado Areilza para otra misión importante, la de los Estados Unidos. Su objetivo es la obtención del máximo de contrapartidas posibles del Acuerdo ejecutivo hispano-norteamericano de 1953, porel que se cedía el uso de bases y facilidades a las fuerzas aéreas y navales americanas a cambio de apoyos económicos y militares. También se gestionó desde Washington el ingreso de España en las Naciones Unidas y el lanzamiento del plan de estabilización. De 1960 a 1964 ocupó Areilza la embajada de España en París. Presidía la V República el general De Gaulle, y el propósito de la misión era explorar los caminos del acercamiento a la Europa institucional realizando previamente un entendimiento franco-español en profundidad.Fueron trece años de actividad diplomática en escenarios bien diferentes, y tres generales de distinta indole y condición se hallaban al frente de esos países. Areilza relata en una prosa restallante y viva, con ritmo de sostenido interés, lo que fue ese periodo de nuestra difícil política exterior; traza perfiles magistrales de altos y de pequeños personajes; describe las capitales y los hábitos urbanos en las que vive; refiere chispeantesanécdotas, y sin ocultar nada de lo esencial, deja entrever, dentro de su tono comedido, algunos de los imposibles condicionamientos que impedían ir más adelante, en la plenaria normalización de nuestras relaciones con el mundo.Memorias exteriores es un testimonio históricodecisivo para el conocimiento del pasado reciente.Un español reflexiona sobre su experiencia vital en la Argentina de Perón y Evita, en el Washingtonde Eisenhower y la guerra fría y en el Paris del general De Gaulle y la guerra de Argelia.Y que regresa a España después de cumplidoel cometido exterior para integrarse en el largo y difícil proceso que conduciría a la libertad democrática.