Psicología científica y ética actual. Enrique López Castellón. Ed. Fragua. 1ª Ed. 1972.
Este libro responde a una necesidad apremiante: la de ofrecer a todas aquellas personas interesadas por las modernas escuelas de Psicología cientifica el planteamiento de los problemas éticos surgidos en el curso mismo de la investigación. Nuestra Psicología actual va orientándose cada día más en un sentido experimental y pragmático. Ello obedece a dos razones fundamentales: a una reacción contra una Psicología excesivamente abstracta y teorética y a que la función del psicólogo va adquiriendo mayor incremento en nuestra sociedad, tanto en un área clínica como industrial y pedagógica. Sería, no obstante, un grave error que los estudios psicológicos quedaran reducidos a un aspecto puramente experimental y positivista, olvidando su fundamentación teórica y sus presupuestos racionales. Toda ciencia práctica supone una fundamentación teórica, al mismo tiempo que la praxis es fuente inagotable de datos que enriquecen sin cesar el área de los principios racionales. Junto a lo anteriormente expuesto, asistimos hoy en día a un fenómeno social de extraordinaria repercusión. De un existir estructurado rigidamente en función de unas normas comunes, estamos pasando a la adopción de una postura desde la que se valora la responsabilidad individual. La conciencia que de sí mismo tiene el hombre moderno, así como la necesidad de desarrollar sus propias posibilidades y aptitudes, a través de una misión y de un destino personal é inapelable, ha sido un logro y una conquista alcanzados tras largos siglos de historia. La crisis que la retigión y la filosofía han experimentado nos obliga a replantearnos una serie de problemas morales de urgente solución.
Superada en gran parte la polémica entre religión y ciencia, la investigación actual está abierta a toda serie de posibilidades y a todo tipo de creencias. Como ha indicado Baruk, por grande que sea la desconfianza de los métodos científicos actuales hacia los juicios subjetivos de valor, el estudio del hombre está poniendo de releve la importancia de la valoración moral. Este hincapié, que hoy hacemos en la responsabilidad individual parece entrar en contradicción con una visión mecánica y automática del hombre, como la que nos ha ofrecido una determinada orientación dentro de la Psicología. El hombre normal no es un autómata, sino que orienta su actividad en torno a un fin, haciendo uso de un juicio de valor que da unidad a su personalidad concreta. Son muchas las corrientes de Psicología que nos han ofrecido una visión dinámica, unitaria, intencional y finalista del hombre. Desde esta perspectiva tiene sentido plantearnos una serie de problemas morales. Basta leer las obras de Wundt, James, Bergson, Freud, Fromm y de muchos otros investigadores de la Psicología, para comprender la importancia que para el psicólogo tiene el estudio de estos temas fronterizos entre la Psicología y la Moral: ética y psicopatología, libertad y responsabilidad, represión y civilización, aprendizaje moral, etc.
Este libro intenta demostrar que la Psicologia no solamente ha contribuido a poner de relieve los aspectos negativos y represores de la vieja moral, sino que además nos ha ofrecido una orientación y un medio de fundamentar el comportamiento moral en los resultados de la investigación cientifica.
Como el propio iniciador de la Psicología cientifica y experimental subrayó en su día, da Psicología es un medio tan importante y tan imprescindible en las investigaciones éticas que no comprendemos cómo se puede renunciar a él». Lamentablemente, es de observar que la gran mayoría de obras y de investigaciones que se publican hacen referencia a los problemas éticos que se ha planteado y sigue planteándose el Psicoanálisis. Son muy poco conocidas las aportaciones éticas que nos han ofrecido otras escuelas psicológicas al margen del Psicoanálisis: Estructuralismo, Funcionalismo, Behaviorismo. Este libro pretende rellenar esa laguna, ofreciendo al lector una extensa panorámica de los problemas éticos surgidos en diferentes y a veces contrapuestas es-cuelas.
Por otra parte, el ejercicio de la profesión del psicólogo lleva implicadas por necesidad una serie de situaciones conflictivas para el individuo que la desarrolla. Conocer hasta qué punto puede llegar en su deseo de desentrañar el misterio del «otro», aunque sea con fines terapéuticos; respetar la libertad del enfermo y a la vez conseguir su confianza y su fe; fomentar la responsabilidad eliminando tensiones, obsesiones y ansiedades; aceptar el uso de determinados fármacos y drogas, etc., son una serie de temas deontológicos que el psicólogo práctico no prede soslayar.