Vicente Blasco Ibáñez. Agitador, aventurero y novelista

Gascó Contell, Emilio: Vicente Blasco Ibáñez. Agitador, aventurero y novelista, Madrid, Afrodisio Aguado, 1957, Rústica con solapas, 236 pág + 2 hojas, láminas, 24x18

El autor de este libro, valenciano y amigo del gran novelista, le conoció desde joven y vivió los ambientes donde Blasco Ibáñez había desarrollado sus primeras actividades de agitador político, de periodista y de creador literario.

Estos ambientes: la Valencia de los primeros años del siglo, ciudad de artistas, señorial y opulenta, la huerta y sus costumbres, el Cabañal y sus pescadores, la Albufera y la población semi-lacustre que vive en el famoso lago y sus riberas, le fueron familiares desde la infancia.

Ya hombre, también tuvo ocasión de frecuentar la vieja amistad de Blasco Ibáñez -en Niza, en Montecarlo, en París- y le oyó referir muchas veces, con la exuberancia verbal y el estilo gráfico y colorista fue le caracterizaron, numerosos pormenores de una vida pródiga en azares y aventuras, en obras y trabajos.

Emilio Gasco Contell ha querido que este libro sobre Vicente Blasco Ibáñez, tan discutido durante su vida -y aún después de muerto-, responda fielmente a la definición de la biografía según Sidney Lee, es decir, que sea «la retransmisión verídica de una personalidad».

No es éste, pues, un libro de critica literaria concerniente a la obra, más o menos vigente, de un hombre de pluma. Si a lo largo de sus páginas menciona, e incluso detalla, la obra literaria de Blasco Ibáñez, colocándola en el lugar que parece corresponderle dentro de la cultura mediterránea, nacional y universal, lo hace como un aspecto más entre los múltiples que pudo ofrecer un hombre que, además de escritor, fue tribuno popular, periodista, agitador político, artista, viajero, conferenciante, roturador de tierras vírgenes en las remotas parameras argentinas, fundador de pueblos, etc., etc., todo ello con más o menos fortuna, pero siempre dominado por las pasiones del hombre de acción, por su imaginación creadora y por unos atavismos genuinamente mediterráneos y a velas desplegadas.

Un conjunto, realmente valioso, de documentos gráficos ilustran profusamente este volumen donde, sin duda, gueda fijada para la historia la fisonomía cierta y exacta de aquella vida excepcional que fue la de Vicente Blasco Ibáñez

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