Este libro del distinguido historiador J. H. Elliott presenta un retrato comparativo de dos figuras clave del siglo XVII europeo: el cardenal Richelieu y el conde-duque de Olivares. A través de sus políticas y su lucha mutua, Elliott ofrece una visión única de la naturaleza del poder y el arte de gobernar en una época de grandes cambios y conflictos en Europa. El libro explora las fortunas históricas contrastantes de estos dos hombres y su impacto en el equilibrio de poder europeo.